Extracto perteneciente al título: Aforismos de Noah Salek.
PARTE I. LAS CULTURAS DE ANTAÑO.
“Mi riqueza está en mi mente, en mi corazón y en mis actos”.
(Viejo Proverbio de Marelisth).
Valdyn recordaba una de las sabias lecciones de Salek, sobre los logros de las antiguas culturas de la Terra—mater.
No olvidaba el profundo respeto que profesaba como discípulo, cuando su
maestro le transmitía su sabiduría y sus valores con el ejemplo. Amaba a
aquel sabio anciano, con una intensidad que sabía no se apagaría nunca… Años atrás por aquel entonces se encontraban en unas de las salas bibliotecas del palacio blanco de Marelisth y el Vicecanciller de Sillmarem su Magister—tutor Noah Salek, le explicaba el nuevo renacer de las culturas de antaño en Sillmarem. Exponiéndole un claro en interesante ejemplo que Valdyn no había olvidado hasta ese momento. Salek
le había explicado como los antiguos Romanos, especialmente en el
Imperio, tenían un sentido de la limpieza general y de la higiene muy
superior, al de generaciones posteriores, en teoría mucho más avanzadas culturalmente.
—En Roma,
o como los antiguos la denominaron posteriormente "la ciudad eterna", o
"la ciudad de Rómulo y Remo" y en todas las ciudades de su magnífico y
vasto Imperio, existían termas gigantescas —comenzó a contar el viejo
maestro.
— ¿Termas gigantescas, maestro, como las nuestras? —preguntó tímida y respetuosamente Valdyn con su aguda vocecita infantil.
—Oh, no, mi travieso y pequeño colibrí, eran mucho, mucho más grandes que las nuestras de la actualidad —contestó Salek con una amplia sonrisa.
PARTE II. LA CATHEDRA.
“Con odio no se puede vivir con libertad”.
Noah Salek
(Meditaciones sobre el equilibrio interior).
—Verás... —dijo Salek, estirándose hacia atrás primero a la vez que cruzaba sus pies, juntando después las yemas de los dedos, manteniendo apoyados sus codos en una cómoda Cathedra (silla de brazos romana). Cerrando los ojos y adoptando una actitud retrospectiva. Valdyn que conocía muy bien los hábitos de su maestro, que en verdad era para él como un padre, puesto que Valdyn
fue huérfano a la edad de tres años, se sentó en el suelo, cruzó las
piernas y con ambas manos apoyadas en la barbilla y los ojos muy
abiertos se dispuso a escuchar muy atentamente la historia-lección de su
maestro. Este con voz lejana empezó su pequeña explicación.
—Verás
mi revoltoso colibrí en días de los antiguos. La operación de lavado o
el baño completo exigía una serie de operaciones sucesivas —dijo Salek oprimiendo un botón de su pulsera, desplegando ante Valdyn un holograma a color, de la antigua Roma.
— ¿Operaciones? —preguntó Valdyn.
—Paciencia, paciencia, escuchar y callar es aprender —dijo Salek sonriente.
—Perdón maestro —dijo con un susurro Valdyn.
—No importa...no importa, todos hemos sido jóvenes e impacientes, aunque a menudo lo olvidemos... a propósito, ¿por dónde iba? —preguntó Salek.
—Por la operación de lavado —dijo Valdyn, mal disimulando una sonrisa.
—Ah... sí...Hummm... veo que prestas atención... bien, hummmm, bien... como
te iba diciendo, la operación de lavado o el baño completo exigía una
serie de operaciones sucesivas —en el holograma se materializaron,
ciudadanos Romanos ataviados, con sus túnicas charlando o comiendo
fruta, luciendo sus túnicas y joyas, mostrando su privilegiado estatus
social—.
PARTE III. LAS VIRTUDES DEL PASADO.
“Con sentimientos extremos, solo se suelen obtener resultados extremos y no necesariamente buenos”.
Noah Salek
(El sutil control de las emociones)
Primero
cierta estancia en el aire caliente para trasudar, después el baño
caliente de limpieza y el baño frío para dar tersura a la piel, y por
último el masaje y las fricciones —dijo Salek, añadiendo—. Por eso las dependencias de las termas eran tan variadas: La estufa (laconicum), la sala de baños calientes (caldarium), la de baños fríos (frigidarium), la cámara tibia (tepidarium) y finalmente las fricciones en el (elaeothesium), por ejemplo también los Apodyteria) eran los vestuarios y el (ephebeum) la sala de gimnasia —explicó Salek, señalando las distintas salas desplegadas en un plano holográfico. Valdyn parecía como hipnotizado y devoraba las palabras que salían en constante orden y ritmo de los finos labios de su maestro.
—Había, además, salas de reunión y de conversación (xysti, exedrae),
bibliotecas, paseos, tiendas de refrescos, etc. —. Era algo muy
avanzado para su época, fíjate incluso la calefacción se hacía por medio
del hypocaustum,
que consistía en una cámara con un horno debajo del edificio que
transmitía el aire caliente a través de las paredes vacías hasta el
techo, también había increíbles piscinas entre otras muchas cosas, su
ingenio es algo de lo más fascinante —dijo Salek señalando las imágenes de varios ciudadanos charlando en una piscina de mármol—. Por eso nosotros los Sillmarem,
hemos rendido homenaje a las civilizaciones de antaño, manteniendo
vivas en la medida de nuestras posibilidades, las mejores virtudes de
estas en el pasado, adquiriéndolas y adaptándolas a nuestras necesidades
actuales y a los nuevos tiempos, muchas de las cosas que ves a diario
en nuestra vida cotidiana, son fruto de la sabiduría de los antiguos, y
que mejor manera de proteger y valorar los logros y los frutos de los
antiguos que manteniendo con vida lo mejor de su obra, ¿acaso un gran
artista, actor o científico no siente un profundo y grato placer, ante
el reconocimiento de su genio y de su obra?, pues exactamente es igual
con las obras de los antiguos, esa es nuestra herencia y hacemos un
correcto uso de ella poniéndola al servicio de las generaciones futuras
—dijo Salek, añadiendo—.
PARTE IV. UN TRIBUTO.
“Hasta el alma más hermosa puede marchitarse por el fuego de la amargura”.
Noah Salek
(El peligroso mal de la desesperanza)
Quienes ignoran su pasado, ignoran quienes son realmente en su presente y en que se pueden convertir en el futuro.
—Entiendo. ¿Maestro, entonces las pirámides de nuevo Egipto, el gran anfiteatro de Marelisth, el coloso de Nautilas,
los jardines colgantes del palacio Real, la estatua de la libertad de
Atlántida—Nova o las cuatro torres metálicas de Eiffel situadas en una
de las doce islas Kirinos donde vive Löthar Lakota, son...¿un tributo al pasado?
—preguntó Valdyn sorprendido.
—Sí, Valdyn.
—Oooh... vaya... —exclamó fascinado.
—Para mañana repasaremos los grandes pensadores de la vieja tierra, Aristóteles, Platón, Sócrates, Seneca, Leonardo Da vinci, Erasmo de Rotterdam, Babage, Einstein... entre otros muchos —dijo Salek. Dicho esto, Valdyn se levantó, Salek había dado por concluida la clase.
Se acercó hasta su maestro, hincó la rodilla en el suelo, tomó la mano que le ofrecía Salek y la besó con profundo respeto a la ritual manera de Sillmarem.
Salek esbozó una sonrisa repleta de una infinita ternura.
—Ve en paz, hijo mío, no olvides que la eternidad tiene siempre la última palabra…
—No maestro, no lo olvidaré —aseguró Valdyn.
—Que los Dioses te bendigan... y que el poder de la vida te fortalezca siempre —dijo Salek.
PARTE V. AMAR LA VIDA.
“Nuestra alma se mantiene sana y viva, a través de buenos pensamientos, unidos a buenos actos”.
Noah Salek
(El arte de la sabiduría, es el arte de lo sencillo)
Dicho esto, Valdyn se levantó y antes de salir por la puerta se volvió e hizo una suave reverencia, finalmente se marchó. En breves momentos Valdyn salió de su largo río de recuerdos y pensamientos, volviendo en sí, a su realidad presente. Frente por frente a él, los destellos del cristalino mar de Marelisth,
le obligaron a taparse ligeramente los ojos con la mano, dejándose
llevar descalzo por el rumor de las olas, mientras paseaba por la orilla
de una arena blanca y fina como el polvo del oro, comprendiendo el
mayor y mejor regalo que un ser humano podía hacer a otro, era enseñarle
a amar la vida…
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