Ghost in the shell
Ficha Técnica
Película
dirigida por Mamoru Oshii.
Duración:
130 minutos aproximadamente.
Guión:
Kazunori Ito basado en el Comic de Masamune Shirow.
Director de animación: Toshihiko Nishikubo
Música:
Kenji Kawai.
Producida
por Shigeru Watanabe y Andy Frain.
Recientemente, el gran director de cine Steven
Spielberg ha anunciado su intención de adaptar en 3D “Ghost in the Shell”, y es que si existen obras en las diferentes
disciplinas de la cultura y del arte que sientan un precedente o dejan huella,
ésta es una de ellas.
Esta película de animación japonesa titulada “Ghost in the Shell” (traducido
aproximadamente como “el espíritu en la concha”) es una película de gran
impacto visual y de gran éxito mundial, inspirada en el comic manga del
dibujante Masamune Shirow, autor de, entre otras maravillas, “Appleseed”.
Este dibujante destaca por ser un apasionado de la
tecnología, aportando en sus propios comics detalladas ilustraciones de las
máquinas y ciborgs que aparecen en sus historias gráficas, dotadas de gran
intensidad y ambientación. Si volvemos al film, vemos que el director las ha
sabido reflejar con fidelidad en la película, incluyendo a sus personajes la
impronta tan marcada que le da el dibujante en sus comics.
Esta película, con antecesoras como Akira, demostró de
lo que era capaz hacer el cine de animación, aportando una visión futurística
que la tecnología visual del cine convencional, en su momento, aún no podía
ofrecer en la gran pantalla. El propio James Camerón, director de la
recientemente estrenada “Avatar”, no
solo es un declarado admirador de dicho film, sino que se inspira en muchos
aspectos de tu tecnología y forma de hacer las cosas.
Tanto el director de la película como el dibujante
demuestran claros influjos de autores de ciencia-ficción como “Neuromante” de Gibson, “Yo, robot” de Asimov y, de forma más
evidente, “Blade Runner”, en la digna
continuación de esta maravilla de la animación titulada “Ghost in the Shell II: Inocence”. Y es que tanto el cine como el
mundo de las novelas gráficas se nutren de las novelas de ciencia-ficción y
estas, a su vez, de la ciencia. El resultado final son obras y trabajos que nos
ofrecen la posibilidad no solo de comprender un poco mejor el mundo que nos
rodea, sino reflexionar sobre sus posibles consecuencias y cómo nos podrían
afectar en nuestra vida cotidiana de una manera verosímil y convincente.
Los diálogos de la película son de una profundidad
sorprendente, demostrándonos cuán difícil es delimitar al ritmo que avanza la
tecnología y su posible aplicación en los seres humanos (más concretamente en
su material genético y organismos) la línea entre la supervivencia y la pérdida
de nuestra humanidad en pro de una ventaja mayor, una mejora de nuestros
cerebros con prótesis artificiales que nos permitan mayor capacidad de memoria,
proceso de información, análisis etc.
De hecho, ya existen mentrodos que se pueden situar en nuestros cerebros para dar la orden a una prótesis robótica y hacer que ésta funcione. Esto es un hecho tecnocientífico real, cuya aplicación puede darse a pacientes con alguna minusvalía física, tetraplejia o malformación congénita de sus miembros. En estas creaciones no solo hay grandes aspiraciones clínicas en pro de la humanidad sino también, y cada vez más, grandes intereses económicos.
La historia de “Ghost
in the Shell” nos sitúa en el año 2029, en Tokio (Japón), en una sociedad
computarizada y automatizada hasta límites casi asfixiantes para el ser humano.
Un mundo donde los implantes cerebrales dotan a los
seres humanos de unas prestaciones asombrosas, convirtiéndolos en ciborgs
(organismos cibernéticos) que apenas se diferencian externamente de los seres
humanos. La unión entre las conciencias humanas y los programas insertados en
tales prótesis se les denomina “espíritus”.
De ahí el título “Ghost in the Shell”
(el espíritu en la concha).
La concha se refiere, naturalmente, al cuerpo en parte humano y en parte artificial, que dota a quien lo posee de un nuevo paso evolutivo, aunque en contrapartida, el sujeto se despersonaliza y pierde parte de su humanidad. Esta dicotomía es llevada magistralmente en la historia por uno de los protagonistas: la Mayor Motoko Kusanagi. Un agente secreto cuya misión es cazar a un peligroso pirata informático conocido como el “titiritero”…La metáfora de una sociedad altamente tecnificada semejante a una jungla de redes de información, que incluso considera al ser humano como un conjunto de información organizada y consciente, (al fin y al cabo, el ser humano está formado y codificado por ADN, es decir, información), en la película da qué pensar e impacta visualmente en el espectador, dejándole profundas resonancias y preguntándose hasta qué punto es capaz el ser humano de alterar su propia humanidad para obtener una ventaja mayor…
Simplemente disfrutadla.
Gabriel Guerrero Gómez
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