viernes, 25 de noviembre de 2022

ENCUENTROS EN LA TERCERA FASE (LA PELÍCULA)

 




Encuentros en la tercera fase (Close Encounters of the Third Kind).


Duración aproximada: 132 minutos.
    
Género: Ciencia-ficción
    
Dirección y guión a cargo de: Steven Spielberg
    
Producida por: Columbia pictures
    
Fecha de estreno: 1977

 

        Música: John Williams

       

        Lo que más llama la atención de esta película, filmada en los años setenta,  es su increíble verosimilitud, despertando el íntimo anhelo en el espectador de que algo así sucediese en la realidad, hasta tal punto que esta bella metáfora de seres de otro mundo, (en cierto modos idealizados), choca con otro estreno posterior dirigido por su mismo director  Steven Spielberg: “La guerra de los mundos”, un solvente remake de la novela clásica de H.G.Wells, ofreciéndonos radicalmente una propuesta opuesta, cuyos seres de otro planeta vienen a exterminar a la raza humana…

        Es curioso como hasta el propio reconocido científico Stephen Hawkins, ha comentado a modo de advertencia que si nos topásemos con otra civilización extraterrestre inteligente, probablemente nos llevaríamos la peor parte. En cierto modo desde nuestros parámetros humanos, no le falta razón, la historia de la humanidad nos demuestra que cuando una civilización con una tecnología superior ha contactado con otra, esta ha sido bien manipulada, sometida, esclavizada o exterminada.

        Salvo raras excepciones que han sabido adaptarse y asimilar tales conocimientos en su propio beneficio…

        Aunque, ahora bien, esto es en lo que en la parte científica se refiere. A una raza no solo lo define su ciencia, si no su cultura,  sus valores y su sabiduría. Quizás en este sentido, a otra civilización extraterrestre pudiera muy bien no interesarle contactar con nosotros, por no ser beneficioso ni para ellos, ni para nosotros…

        Dicho esto, podemos sumergirnos y adentrarnos en la magnífica propuesta que se nos ofrece en este gran clásico de ciencia-ficción cinematográfica. Aderezado con una excelente ambientación y efectos especiales de Douglas Trumbull y Carlo Rambaldi, una fotografía y efectos sonoros ganadoras de sendos oscars de la academia, y una efectista banda sonora dirigida por todo un maestro en este tipo de trabajos, John Williams (Stars wars, Indiana Jones, etc.). Todo ello hábilmente dirigido por Steven Spielberg.

        Cómo todas las grandes historias, engancha al espectador desde el principio sin darle un momento de respiro. Impactan (a nivel técnico) los juegos de luz en las escenas de los protagonistas, y el sentido del ritmo con que se enlaza una escena con otra y desde luego la trama. Los diálogos son precisos y sobre todo los silenciosos diálogos gesticulares de los protagonistas, que hace que aumenten la intensidad de misterio, peligro, incertidumbre y miedo a lo desconocido en escenas claves de la película.

        Nos encontramos con tres líneas argumentales que corren paralelas, tras breves nexos de unión hasta fundirse en el apoteósico final del film.

        Una protagonizada por un grupo de científicos protegidos por el gobierno norteamericano, dirigidos por un científico francés Claude Lacombe (François Truffaut) y su traductor estadounidense David Laughlin (Bob Balaban). Los cuales tratan, de encontrar las claves que expliquen una serie de fenómenos extraños: Como la aparición en el desierto de sonora, de un escuadrón aéreo desaparecido en la segunda guerra mundial cuyos pilotos están en paradero desconocido a pesar de que los aviones están intactos y en perfecto funcionamiento, la de un carguero el Cotopaxi, desaparecido tiempo atrás en el triángulo de las Bermudas y que milagrosamente se encuentra en otra parte del planeta, más concretamente en el desierto del Gobi (Mongolia), para sorpresa de los investigadores. Así como la desconcertante aparición de objetos volantes no identificados (OVNIS), no sólo ante aviones comerciales si no en distintas partes de Estados Unidos o en la India.

        En este último país los lugareños memorizan un tipo de mensaje en forma de cinco notas musicales, que parecen haberles transmitidos tales objetos. La segunda línea argumental la protagoniza un electricista, Roy Neary (Richard Dreyfuss, también protagonista de otro éxito anterior de Spielberg: Tiburón), el cual tras contactar con uno de estos Ovnis, queda tan fascinado que no ceja en su empeño para descubrir el significado de una obsesiva imagen mental, que le desquicia hasta tal punto que pierde la unidad de su familia, dicha imagen es la de una montaña que más tarde descubrirá que es real y que existe…

        La tercera línea argumental la protagoniza una ama de casa, Jillian, (Melinda Dillon), cuyo hijo ha sido abducido por estos seres de otro mundo, también vive obsesionada por entender quiénes son estos extraños seres y que quieren, hasta tal punto que coincide con Roy Neary en la identificación de la montaña emprendiendo ambos, una desesperada odisea para averiguar que se oculta en ella…

        Lo mejor que se puede hacer, es verla y disfrutarla, por que verdaderamente merece la pena.

 

   Gabriel Guerrero Gómez

 

Artículo publicado en el año 2013, en la columna "Explorando el futuro", del diario digital "El Heraldo del Henares". También incluido en el título: "Mundos imaginarios".

















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