SERIE DAMA
(Cuentos infantiles)
Cerré los ojos y extendí los brazos todo lo que pude hacía el cielo, como intentando acariciar con las yemas de mis dedos la panza de las nubes que se desplazaban a lo alto, para así hacerles cosquillas mientras se alejaban con mucha rapidez, empujadas por un viento cuya fuerza casi me hacía perder el equilibrio por momentos. Aquella mañana había decidido subir a lo alto de la montaña que coronaba el bosque, para divisar el hermoso y espectacular panorama que circundaba a mí alrededor...
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