sábado, 15 de febrero de 2020

LA PALABRA (2020)







 LA PALABRA



Tú, atenta compañera del viajero fiel a los caminos recorridos por ti a través de los siglos y el papel. Tú, cuyo destello de vida se inicia dulce y calladamente con la impaciente caricia de los dedos por darte el ser, imprimiéndote en la inmaculada sábana de la ignorancia...




        En una remota tierra de leyenda, tres caminantes: Un hombre llamado Hiroshi, un muchacho con el nombre de Satoru y una chica conocida como Mayumi, fueron a lo alto de una montaña en busca de la sabiduría de un viejo maestro. Cuando se encontraron frente a su persona, este les dijo las siguientes palabras:    
 
        —Solo un requisito es necesario para disponer de todo mi saber. Adivinad este enigma, mis queridos huéspedes… —dijo el viejo maestro.

        Mayumi asintió en silencio, aceptando el desafío lanzado por el anciano.  Hiroshi  y Satoru cruzaron sus miradas, intrigados por el desenlace de tan peculiar duelo.

        —Bien, allá va: tierna amante dormida, cuyo despertar tan solo se inicia en el leve y atento gesto de la mirada, y con ella cobra forma, color, brillo y distancia —comenzó a decir el viejo Sabio. Durante un par de segundos más permaneció pensativo y prosiguió su exposición con sonriente despreocupación—. Tierna amante que enseña, engaña, hace, deshace, miente y alaba.  

     Que enfrenta y pacifica por igual. Sirviente de reyes y mendigos, del bondadoso y del mezquino, del corazón oscuro y del divino.

        Alimento de la mente, ungüento de las heridas del alma. Tú, que otorgas tus bienes al constante, esperanza al perdido y luz al ignorante. Tú, que nombras lo desconocido. Tú, que conduces al sabio hasta las manos del mismo creador. Tú, tierna cortesana, fina dama, arquitecta de lo sórdido y lo sublime, de lo humilde y lo mundano.

        ¿Qué haría yo sin ti para hallar los consuelos de mis desvelos y de mi alma inquieta, sedienta de saber y de luz?   Inapreciable don de los dioses y de los hombres, cuyos labios te despiden felices o airados, tristes o enamorados.

        En tu atenta devoción por el conocimiento, das forma y voz al silencio del pensamiento. Dime, ¿qué harían sin ti los hombres sedientos del padre espíritu, si no perderse en la nada de su yo eterno? Tú, atenta compañera del viajero fiel a los caminos recorridos por ti a través de los siglos y el papel. Tú, cuyo destello de vida se inicia dulce y calladamente con la impaciente caricia de los dedos por darte el ser, imprimiéndote en la inmaculada sábana de la ignorancia. Porque tú eres la hermana airada del silencio, furiosa enemiga declarada de la ignorancia, gentil al susurro, humilde al que sirve al eterno, a sus hermanos y hermanas. Tú eres… tú eres… —el sabio guardó silencio, observando con  interés a la muchacha... 



El relato corto “La palabra”, ha sido publicado en la revista literaria “Narrativas”, en el año 2011, siendo posteriormente incluido en el título: Universos imposibles.




ISBN: 9780244475093











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