domingo, 11 de diciembre de 2022

LA DAMA

 


Extracto perteneciente al título: La flor sin nombre.


La dama

 

Un día dando un paseo por el bosque, decidí conocer un camino nuevo, comenzar algo diferente, en ocasiones te permite descubrir cosas diferentes. Así que, anduve al lado de un estrecho riachuelo por un rato, el alegre sonido de su agua me llevo hasta un pequeño charco salpicado de diferentes ranas. Curiosamente, el roce de un extraño ruido me llamo la atención. No pude resistirme y me asomé, comprobando para mi sorpresa cómo una pequeña niña, morena de ojos verdes, no paraba de coger cosas que colgaban de los árboles, aunque cuanto más me acercaba no lograba distinguir qué era…
— ¿Qué es lo que haces, niña? —le pregunté.
Lejos de asustarse me contestó: —Cojo palabras y las guardo en este saquito de aquí…
Aunque por más que me esforcé, no pude ver ninguna palabra, ni ningún saquito…
Le volví a preguntar: — ¿Y para qué las quieres?
—Es muy fácil —me dijo la pequeña—. Las froto hasta convertirlas en polvo de esperanza, y así las esparzo por los bosques, para que con la llegada de cada primavera, quién las respire, le otorgue nueva vida en su interior…
De repente y para mi sorpresa, alzó una de sus manitas y sopló con una fuerza inesperada en una niña de su edad… recuerdos, hermosos recuerdos y sentimientos, entrelazados con palabras largo tiempo olvidadas, despertaron en mi interior, … demasiado tiempo…
No pude resistir mi curiosidad y le pregunté una vez más:
—Oye, ¿y qué “palabras” son esas?…
La chiquilla me respondió alegre: —Fe, esperanza, compasión, amor…
—Tu trabajo es muy curioso —le dije—. ¿Cómo te llamas?
—Bueno… algunos me llaman “la dama de las palabras olvidadas”, otros me llaman… conciencia.




























































































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