jueves, 26 de septiembre de 2019

ETERNUM












DESCRIPCIÓN



Con estas palabras Valdyn Sillmarem, se enfrenta a un desesperado duelo a muerte con el extraordinario señor de Ekatón, el Conde Alexander Von Hassler. 



— ¿Creéis que la justicia de los Sillmarem, es válida para todo el mundo y circunstancia? ¿Qué es universal? ¿Y quién la aplica infalible? —inquirió el Conde con mortal calma.

—Hacemos lo que humildemente podemos —justificó Valdyn, inquieto.

—Mal vais si pretendéis justificar, vuestras acciones y mi…posible asesinato, aquí…en mi propia casa —soltó con aplomo el Conde.

—No le escuches Val —siseó Thoth, cada vez más encolerizado.

—Fijaos bien, yo soy lo que podréis ser, si os unís a mí. Someteos a mi autoridad y forjaremos un nuevo universo, una nueva raza, un nuevo destino como jamás ha podido concebir hombre alguno —ofreció con sangre fría el Conde.

— ¿Una raza de dioses?, ¿creéis que sois un dios? —ironizó Valdyn.

—Aunque acabaseis conmigo, no podéis renegar lo que sois. ¡Un igual!

—Yo nunca seré como vos…. —susurró débilmente Valdyn.

—Habéis ingerido el elixir de Vitava ¡mi elixir! Sois lo que sois gracias ¡a mí! Yo he hecho realidad lo que la ciencia y los más grandes genios, secretamente han anhelado y jamás han soñado poder lograr a través de los eones. ¡La inmortalidad! 

—No…

—Os he otorgado la inmortalidad y el poder para disfrutarla. ¡Uníos a mí! Servidme y os adentraré por senderos que nunca hombre alguno imaginó posible recorrer —aseguró el Conde con un ardiente fulgor en su mirada.

—Nosotros nos vimos obligado a ello, para salvarnos…de vos y vuestra avaricia —aclaró Valdyn.

— ¿Os visteis obligados?... ¿Vos?

— ¿Quiénes me robaron mi formula sino vos? A través de vuestra prima Rebecca Sillmarem. ¿Quiénes la ingirieron primero en contra de mi voluntad sino vos? ¿Quiénes la usaron para imponer su sentido de la justicia sino vos? —inquirió el Conde con elocuencia.

—Tergiversáis con descarada desfachatez….

—Yo me estoy limitando a seguir vuestro ejemplo, uso el elixir para cumplir mis objetivos, como vos los vuestros —razonó el Conde.

—Yo lo hago en legítima defensa —le acusó Valdyn.

—Y yo para salvar a la humanidad de sí misma. ¿Hay alguna diferencia? —preguntó el Conde.

— ¡Claro que la hay! No podéis atribuiros un derecho que no…

— ¡Ni vos tampoco mi príncipe! —restalló el Conde.

— ¡Modificasteis la formula con la sangre de mi hijo! le espetó Valdyn a punto de perder el control.

— ¿En verdad creéis que vuestro hijo, al ver y sentir sus poderes, no se sentirá diferente al resto de sus congéneres sino superior? ¿Creéis que en un momento de crisis se someterá a la autoridad de un humano normal? No, no lo hará.

— ¿Por qué? —al ver que Valdyn no pronunciaba palabra el Conde continuó—. Por que podrá hacerlo, es así de simple.

—No tiene por qué ser así…

—Claro, es vuestro hijo. Vuestro pequeño…En la historia de los hombres, los que han poseído un poder (del tipo que sea), siempre lo han hecho: Abusado de su prójimo, salvo escasísimas excepciones. ¿Creéis que si otros se adueñan del elixir, no harán lo mismo o algo peor? —en ese preciso instante Valdyn se alegró de no haber atacado al Conde, una oscura sospecha se despertó en su ánimo. 

— ¿Qué queréis decir? ¿Existen más formulas, más frascos del elixir? ¿Dónde guardáis el libro oscuro? ¡Responded!. —exigió Valdyn.

El Conde se limito a sonreír. — ¡Necio! Os otorgo uno de los más ancestrales sueños de la raza humana. ¿Y es así como me lo pagáis? —fustigó el Conde.

—Esto no es un don, es una maldición cuyo final ignoramos —siseó con amargura Valdyn—. Una maldición para la raza humana.

—¡Humanos!. Es necesario que desaparezca esa raza maldita, capaz de renegar hasta del mismo creador que le otorgó el ser y el milagro de la vida. Resulta irónico pensar, como vos que tanto amáis a la humanidad, habéis sido por vuestra propia mano el que me ha convertido en lo que soy.

—Eso es imposible —soltó Valdyn.

—Vos me hicisteis Imperator. Vos robasteis mi formula. Vos la fabricasteis. Vos concebisteis a vuestro hijo.

—Loco…maldito loco.

— ¿Seguro? Yo me he limitado a recuperarla y usarla, pues soy su legítimo dueño y creador. En esta parte de la ecuación, vos poseéis como mínimo tanta culpa como mi persona.

—No le escuches Val —le aconsejó Thoth, impotente.

Valdyn tuvo que admitirlo, en cierto modo no le faltaba razón.

—Teméis en lo que os podríais convertir:¡En mí! ¿Me equivoco?. Valdyn no respondió.

—No os preocupéis, si tan pesada es vuestra carga, os la aligeraré. Yo daré fin a vuestra agonía, aunque deba derramar la sangre de los dioses —Valdyn se puso en guardia.

—Lastima, y pensar como una parte de mi nueva naturaleza, os pertenece a vos a través de la sangre de vuestro hijo. ¡Su sangre y mi elixir corren por mis venas! ¡Hermano de raza! —rugió el Conde desafiante—. Yo os liberaré de vuestra necedad y sufrimientos —tronó el Conde. Un potente trueno bramó en la lejanía.

ISBN: 978-84-615-5222-1 

Eternum es una novela corta extraída de una de las líneas argumentales de la pentalogía de Sillmarem, centrada en el principal personaje de la Saga de Sillmarem, el Conde Alexander Von Hassler, señor de Ekatón. Ha sido publicada por entregas semanales en el diario digital “El Heraldo del Henares”, en el año 2011.








































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